A veces me empeño en no hacer caso de las señales porque éstas me indican que el camino que sigo no es el adecuado, y como alguien dice tengo "angeles de la guarda trabajando a destajo", vamos que tengo ángeles sobreempleados mandándome señales una y otra vez y cuidándome, ya que yo no me empeño en no hacerlo, y últimamente las señales se intensifican, voy en el metro y aparecen los carteles avisándote de los peligros de las drogas, voy a un bar y están emitiendo un programa sobre lo mismo. Así que aquí estoy intentando hacerlas caso y no llamar a alguien que no me conviene pero con el que llevo quedando todas las semanas desde que nos hemos encontrado. Alguien con quien tengo una relación particular que incluye peligro, discusiones, diversión, y un montón de características que hacen que alguien como yo, adicta a las emociones fuertes, y a las personas problemáticas, esté aguantándose las ganas de marcar su número.
El tema es que no es fácil porque en el fondo me parece buena persona, y tan pronto se porta bien conmigo y hace algo que me hace querer estar con él, como me trata de una manera poco adecuada.
Lo jodido del tema es que no estoy acostumbrada a hacer lo que me conviene sino lo que no y a no pensar sino a desear, así que me está costando. Si os sobra fuerza de voluntad ya sabeis dónde dejarla.