lunes, marzo 13, 2006

Ciudadanos al poder

Jóvenes de casi todas las ciudades de España se han citado para competir por ver quien organiza el “botellón” más multitudinario. Mientras en Madrid vecinos de varios barrios “sabotean” los parquímetros con que nuestro alcalde, movido por su afán recaudatorio, pretende financiar las “maravillosas” obras que acicalan nuestra ciudad.
¿Qué está pasando? ¿Nos estamos volviendo más incívicos? Mi respuesta es que no, que estamos hartos, estamos hartos de tener políticos que sólo hacen caso a quien pone la pasta y que a los demás nos ignoran con sonrisas de benevolencia y frases llenas de palabras que no dicen nada y promesas que no van a cumplir.
Un ejemplo de esto es que cuando los que ponen la pasta quieren algo toman las medidas para solucionarlo rápidamente como la aprobación del canon de los cds o la “policía especial” que pusieron para vigilar a los que comprasen discos piratas estas pasadas fiestas navideñas.
Pero ¿qué pasa cuando los que reclamamos algo somos los de la calle? Promesas y sonrisas hasta que se nos olvide, ya habrá otra cosa que nos preocupe la próxima vez para que no recordemos lo que antes reivindicamos, y si no ya se ocuparán ellos de crear polémicas políticas que nos distraigan de la realidad. ¿Y cuál es esa realidad? Que estamos jodidos, esa es. Lo estamos porque ningun partido político nos hace caso ni soluciona los problemas que tenemos, y porque ya sabemos que en la mayoría de casos el triunfar en la política está relacionado de manera inversamente proporcional con la honradez que tengas. Que no les preocupan las pensiones que son una basura, ni regular los becarios ni el empleo de forma que favorezca a los trabajadores, que no les importa la especulación con la vivienda ni la inseguridad ciudadana. Que nos mantienen ocupados con peleas entre regiones del país, y tonterías diversas, para que no nos demos cuenta de que les estamos pagando para que nos tomen el pelo. Que mientras discutimos sobre los polémicas que ellos crean, ellos se están pagando sus caprichos y los de sus allegados por hacer el tonto, aunque para mí está claro que los que más hacemos el tonto somos nosotros consintiéndolo.
Por eso personas que no son violentas sabotean los parquímetros y por eso los jóvenes organizan competiciones para hacer “botellones”, porque es su manera de desafiar a los políticos, su manera de protestar, y puede que haya gente que piense que no es la más adecuada, pero por lo menos es una manera. Igual si todos protestaramos (sin violencia) por las cosas que no nos gustan tendrían que hacernos caso.

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